El estudioso del simbolismo tradicional Jean Chevalier señala algo que otros autores en otras palabras pero en similar sentido han señalado antes; esto es, que el símbolo “rememora al espíritu (…) la naturaleza verdadera de los arquetipos divinos que son el modelo mismo de su ser”. Y de manera similar, el francés Paul Claudel afirma que “la Sabiduría Eterna… no se ha dirigido a nosotros más que en Parábolas, sirviéndose, no de razonamiento, sino explicándolo en el lenguaje de esas cosas que nos rodean y que desde el día de la creación no han dejado de hablarnos” .
Por su parte, el chileno Gastón Soublette asegura que “la fuerza de un símbolo, se entienda o no racionalmente su significado, reside en una efectividad intrínseca, la cual proviene del hecho de estar constituido por elementos que pertenecen a la herencia simbólica inconsciente de la humanidad, que actúa sobre los hombres aunque éstos los ignoren”. En otras palabras, podemos ver una referencia al símbolo como ente actualizador o cristalizador de los elementos arquetípicos del ser humano.
Ahora bien, es posible diferenciar lo que designa la palabra “símbolo” ya sea en términos generales o en términos particulares. En el primer caso, se referiría a la multitud de elementos que son capaces de portar una simbolización, es decir que potencialmente pueden simbolizar algo. En tanto, el símbolo, en términos particulares, puede ser entendido como un elemento físico concreto –o una imagen de éste– que designa una realidad abstracta; con lo que se logra diferenciar el símbolo mismo de otros elementos simbólicos como el mito o el ritual.
Diferenciando el símbolo de lo que podría llamarse en términos generales como “elementos simbólicos”, es factible referirse ahora a lo que constituiría el “fenómeno simbólico”.
Es así como, no obstante las características propias de cada elemento simbólico, no basta el símbolo “per se” para ser percibido como tal por el observador, al modo de un hecho dado; más bien puede llegar a estimarse como tal sólo a partir de la interrelación que establece con éste, conformándose de tal modo entre elemento simbólico y observador una “relación simbólica”.
Sin embargo, dicha relación simbólica puede desarrollarse de manera conciente o de manera inconsciente. Para que la relación simbólica adquiera el carácter de consciente, requiere de una actitud particular de la conciencia de quien percibe o vivencia el elemento simbólico, actitud que en psicología analítica se conoce como “actitud simbólica”.
De este modo, el fenómeno simbólico requiere de la existencia de dos factores constituyentes que se acoplen: el elemento simbólico a observar y un observador que enfrente dicho elemento simbólico. Para que tal fenómeno se haga conciente, requiere, a su vez, de una actitud simbólica; y, en virtud de que el proceso de individuación supone una conciencia que lo vivencie, la actitud simbólica aparece como una especie de catalizador del referido proceso de individuación.
Al respecto, Carl Gustav Jung da cuenta de que mientras algunos individuos poseen tal "actitud simbólica", otros se limitan sólo a subordinar el sentido de los fenómenos a los hechos concretos; de lo cual es posible inferir que en tales casos el contacto con los símbolos se hace sólo a un nivel inconsciente.
De este modo, al hablar de símbolos es necesario considerar los dos elementos constitutivos del fenómeno simbólico, es decir, tanto el elemento simbólico en sí como la actitud simbólica requerida por parte de su observador. Es entonces la relación de acoplamiento entre ambos constituyentes lo que determina la existencia de un fenómeno simbólico conciente que contribuya al proceso de individuación; el cual nos permitirá re-ligarnos como una integralidad, descubriéndoonos como verdaderos hombres integrales.
3 comentarios:
Don Erihs:
Aca va el link de los Saicos, anote
http://www.gigasize.com/get.php/1241927/Los_Saicos_Peru__Los_Saicos_1965_MP3_192_By_Meurglys.rar
Suerte con la cuestiocita. Ahi comentare lo otro
Mario
Oye, me gustó mucho tu nuevo diseño, no pasaba por tu blog de hace tiempo.
Lo otro, Ud. sabe que me gusta su charla de simbolos, arquetipos y otras yerbas asociadas al subconciente, asi que le pido que siga escribiendo, y yo lo voy a leer con mucho gusto.
Un abrazo compadre,
HAJ.-
Cómo está señor Erick!
Un gusto encontrarme con un colega bloguero como usted. No sabía que tenías este espacio y la hora en que lo encontré fue bendita.
Precisamente el tema del símbolo ha ocupado varias líneas en mis artículos para el blog; la simbolización clave para conseguir salud, en el contexto de enfrentar la realidad en situación de desvalimiento o indefensión o crisis.
Me encanta el tema... :D
Me quedo con el párrafo que decía: "De este modo, el fenómeno simbólico requiere de la existencia de dos factores constituyentes que se acoplen: el elemento simbólico a observar y un observador que enfrente dicho elemento simbólico. Para que tal fenómeno se haga conciente, requiere, a su vez, de una actitud simbólica; y, en virtud de que el proceso de individuación supone una conciencia que lo vivencie, la actitud simbólica aparece como una especie de catalizador del referido proceso de individuación".
Como que ahí está todo.
Me queda sólo alentarte a que sigas escribiendo (ahora mismo me dispongo a leer otros post) e invitarte a que pases por mi blog, en el que acabo de publicar la historia de la sucesión pitagórica y del esoterismo griego, desde pitágoras hasta Jung (mish!) XD
Un abrazo!
Y nos leemos por ahí :p
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