septiembre 10, 2007

El self paciente-terapeuta

La práctica de la psicología clínica supone un diálogo o encuentro entre dos mundos significantes –el del terapeuta y el de su paciente— en el marco de un contexto histórico, cultural e ideológico. Cada uno de esos mundos dialogantes lo podemos entender como una totalidad, una gestalt o un conjunto de elementos con un cierto sentido, organización y/o estructura que le es propia y cuyo centro es un ser humano. De este modo, dichos mundos significantes vendrían a conformar lo que también podría llamarse realidades individuales.

La realidad podría ser referida por la totalidad de aquello que el individuo percibe y que conforma su mundo individual; en tanto que, a modo de trasfondo, la existencia estaría constituida por todos aquellos fenómenos compartidos tanto por seres humanos, animales y objetos, los cuales obedecen a leyes o formas de organización que trascienden las personales realidades.

Por cierto que los seres humanos no constituyen cada uno de ellos compartimentos infranqueables y aislados. Más bien, es posible hablar de una inter-realidad o intersubjetividad que surge a partir de la intersección de vivencias de distintos individuos –que de algún modo podríamos entender como la "deriva co-ontogénica" a la que alude Humberto Maturana–, lo que les permite aprehender la existencia que les sirve de fundamento. De este modo, es posible referir entonces que, de alguna manera, la realidad encuentra “su nicho” en la existencia.

El concepto de “nicho” fue expuesto por Maturana en términos de “aquella parte del medio en la que se distingue un sistema, es decir la parte del medio que le es operacionalmente complementaria”. El tal sentido y entendiendo la realidad como un sistema, las diversas realidades y la existencia se complementan. Por un lado la realidad necesita de una existencia en la cual fundarse, de la cual tomar sus elementos estructurales; en tanto la existencia requiere de una realidad que la integre y la organice. Mediando entre ambas se encuentran los nichos que permiten el diálogo estructurante entre la realidad y la existencia. De este modo y de manera concordante con lo propuesto por Maturana para los sistemas, el nicho es la parte de la existencia que está obscurecida por la realidad.

De este modo, el denominado "ser-en-el-mundo" de Heidegger o su versión hispanoparlante de "yo soy yo y mis circunstancias" de Ortega y Gasset adquieren pleno significado, lo que es particularmente relevante en la práctica de la psicología.

Hombre y Sociedad, realidad y existencia, sujeto y objeto, constituyen conceptos complementarios que no hacen sino dar cuenta de una abstracción que, amparada en el pensamiento analítico, separa las unidades para aproximarse a su entendimiento por parte del científico –o, en nuestro caso particular, del psicólogo clínico—. Ejercicio por cierto incompleto si no se logra la posterior y necesaria síntesis integradora, que posibilite la real comprensión del ente bajo estudio.

De modo similar, en términos junguianos, podemos plantear que existiría un “self humano”, que daría cuenta de todo aquello que podemos llamar "lo humano" y que está presente, caracteriza y define a todos los seres humanos; el “self individual”, por su parte, daría cuenta de la particular y específica realidad que cada uno de los seres humanos vivencia.

No obstante, el "self" en sí sería una estructura unitaria, sólo divisible intelectualmente para fines de análisis; pero presuponiendo, por cierto y como ya se ha dicho, una síntesis final integradora que complete el ejercicio intelectual.

Es entonces en la “realidad” en donde cada uno tiene la posibilidad de "vivenciar" la presencia del Self. El Self, por un lado, sería aquello que otorga organización a la existencia, organización que nos puede ser revelada sólo por medio de símbolos, en virtud de los cuales nos es posible ir construyendo nuestras particulares realidades. Pero, al mismo tiempo, el self cumple un rol estructurante de la realidad, otorgándole a ella un basamento concreto y entregándole un marco que posibilite la interacción de ésta con otras realidades.

Asimismo, es posible hablar de "self grupales", cuando ellos están referidos a grupos de seres humanos; entre los cuales el "self paciente-terapeuta" sería una caso específico.